Petit ami parfait

Esta relación virtual caprichosa les lleva durante un fin de semana completo a la localidad costera de Atami, a unos cien kilómetros de Tokio. Si bien es posible vivir esta luna de miel a distancia, algunos usuarios prefieren vivir la aventura hasta el final visitando los lugares fielmente reproducidos en la pantalla de su consola. Cómplices de los creadores del juego, los habitantes de este destino turístico pasado de moda hacen todo lo posible para ofrecer una cálida acogida a estas parejas híbridas. Nuestros tres jugadores, que se han decantado por el viaje, se cruzan en el camino de dos adolescentes que han venido a pasar su primer fin de semana romántico en el mismo hotel. Pero Kentarô también ha sucumbido a los encantos de Rinko. Celosa en un primer momento, Kyoko termina interesándose por esta rival virtual que parece haber contaminado el corazón de todos los hombres del país. 

La película, cuya primera parte es de carácter documental, invita luego a sus personajes a convertirse en los actores de una comedia romántica adaptada del juego. Los jugadores adoptan entonces la identidad de su personaje virtual y viven como si tuvieran 17 años. Irónicos frente a su práctica, mostrando a su novia de píxeles en el espacio público, nuestros personajes asumen una actitud provocadora con respecto a las normas. 

El personaje de Kyoko está encarnado por cuatro jóvenes ídolos y exídolos, figuras emblemáticas de las nuevas formas de relaciones por las que se interesa la película, vestales contemporáneas adoradas y apoyadas por un puñado de fans generalmente mucho más mayores a cambio de microconciertos cotidianos y un apretón de manos. 

Nos conmueven aquellos y aquellas que tratan de dominar su soledad. A pesar de nuestra perspectiva sin duda diferente -para Alain seguramente más fascinada y exótica, para Kaori más crítica y empática- compartimos una enorme impresión de melancolía en relación con el Japón contemporáneo; eso es lo que nos ha llevado a estos «petits amis parfaits».